Despiden a Padilla en Jerez cantando «que viva España»
Así se despide un torero querido en su plaza
Colgaba el cartel de «no hay billetes» a pesar de que corría un viento desagradable. Tres espadas conformaban el cartel del sábado de Feria, 12 de mayo, en Jerez: Juan José Padilla, Morante de la Puebla y José María Manzanares.
Los toros de Juan Pedro Domecq no salían del tercio de varas como tenían que salir, por no decir que no entraban en la plaza con la bravura deseada. Pero teníamos en el coso jerezano a un torero acostumbrado a sacar faenas a toros malos y a ponerse delante de cuernos que no se pone nadie. Sí, teníamos a Juan José Padilla, el ciclón de Jerez, que hoy venía a despedirse de su tierra, de su plaza y de su gente.
Los sentimientos estaban a flor de piel, las emociones eran muchas, los recuerdos más y la vida del torero se posaba en los detalles como en una película de Kurosawa…
Puerta grande para la leyenda, claro que sí, y para el hombre que la sostiene con un parche pirata, poseedor de cornadas en el cuerpo y en el alma. «Me voy», decía la mirada del pirata mientras navegaba a hombros entre la multitud.