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Rejones en la Feria de Jerez 2018

Puerta grande para los tres rejoneadores

Buena tarde de toros en la que acompañó el tiempo propio de esta estación primaveral. Tres caballeros rejoneadores abrían el cartel de la feria taurina de Jerez bajo un sol radiante sobre el coso taurino jerezano y una plaza prácticamente llena, a diferencia de otros años, 3/4 de entrada.

Tras el paseíllo, minuto de silencio en memoria del rejoneador recientemente fallecido, Don Ángel Peralta. Y, a continuación, comienza  Don Fermín Bohórquez Domecq, con astados de su propia ganadería. Llega ilusionado y con ganas en su reaparición, con su sempiterna sonrisa en los labios, y una cuadra a la que ya tiene acostumbrada a sus seguidores. Brillante actuación en banderillas a dos manos. Una oreja como trofeo en cada toro.

Don Pablo Hermoso de Mendoza llega desde Navarra este año con su hijo, con dos misiones: hacer una buena faena y presentar al que continuará con la escuela que lleva su apellido y su sangre torera. Don Pablo ya nos tiene acostumbrados a un toreo de nivel, de esos que acarician la perfección geométrica en las formas, de manera que cuando usa el rejón de muerte, los toros caen fulminados y entregan su vida, como si un rayo los atravesara en el mismo instante. Dos orejas en cada toro.

Agradable sorpresa para los aficionados la presentación de su hijo, Don Guillermo Hermoso de Mendoza, que continua el legado de su padre. Toreo elegante, como su padre, dando muletazos con la cola, toreando al estribo y sin perder la cara al toro.  Joven pero con talento. Ovación en el primer toro y dos orejas en el último.

Finalmente, una ganadería propia de para este tipo de festejos aunque con falta de fuerza a partir del segundo tercio. Aún así, puerta grande para los tres rejoneadores.

 

 

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